PA PPC Statement on Budget Reconciliation

With the passage of the Budget Reconciliation bill— titled the “One Big Beautiful Bill” the people of the United States are once again reminded that our political system is not for us. This legislation will have devastating consequences for millions of poor and working-class families in America, raising serious moral and ethical concerns.

When lawmakers, like House Speaker Mike Johnson, express “excitement” over a bill that threatens people’s basic rights and well-being, we are in the midst of a profound moral crisis.

This bill is a direct attack on the working class and the poor. In Pennsylvania and across the country, it will deepen suffering by slashing essential programs like Medicaid and SNAP, while diverting billions in public funds towards the pockets of the most wealthy, towards war and the expansion of this country's cruel mass deportation campaign that destroys our families.

This bill is a direct attack on the working class and the poor.

The bill authorizes an unprecedented $170 billion for immigration and border enforcement—an amount that would make the U.S. Immigration and Customs Enforcement (ICE) the most heavily funded law enforcement agency in the federal government.

As poor and working-class people we are being stripped of the most basic needs we have to survive and live dignified existence; our healthcare, our hospitals, access to healthy food and good paying jobs. Today's passage of the budget reconciliation exposes the true priorities of those in power—many of whom claim to represent the people while serving the interests of the dominant class. We do not live in a democracy of the people, we live in a dictatorship of the rich.

The billions allocated under the “One Big Beautiful Bill” could have been used to meet urgent human needs:

  • Reopening our hospitals in rural and urban areas to restore access to health care.

  • Expanding Medicaid to cover more Pennsylvania families.

  • Strengthening SNAP to ensure food security for families in poverty.

The member organizations of the Pennsylvania Poor People’s Campaign are prepared to stand together and organize with the millions of poor and working class families who this bill aims to undermine and attack. We are prepared to fight for our needs and our families together.

Sincerely,

The Pennsylvania Poor Peoples Campaign Member Organizations


Declaración sobre la Reconciliación Presupuestaria

La aprobación del proyecto de ley de Reconciliación Presupuestaria, liderado por los republicanos y titulado de forma controvertida “Una Gran y Hermosa Ley” (“One Big Beautiful Bill”), es un recordatorio alarmante del clima político problemático que ha persistido en Estados Unidos durante décadas. Aprobada apresuradamente en el Congreso, esta legislación tendrá consecuencias devastadoras para millones de personas de bajos ingresos y clase trabajadora, generando serias preocupaciones morales y éticas.

Cuando legisladores como el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, expresan su “entusiasmo” por un proyecto de ley que amenaza los derechos fundamentales y el bienestar de las personas, estamos enfrentando una profunda crisis moral. Esta ley es un ataque directo contra las personas trabajadoras, y quienes la apoyaron deben reflexionar sobre el daño que están provocando. En Pensilvania y en todo el país, esta legislación aumentará el sufrimiento al recortar programas esenciales como Medicaid y SNAP, al tiempo que desvía miles de millones en fondos públicos hacia deportaciones masivas, gasto militar sin control y recortes de impuestos para los ultrarricos.

El proyecto de ley autoriza una cifra sin precedentes de 170 mil millones de dólares para la aplicación de leyes de inmigración y control fronterizo, lo que convertiría al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en la agencia de aplicación de la ley más financiada del gobierno federal. Esto se traducirá en más redadas, más sufrimiento y un mayor debilitamiento de las protecciones para solicitantes de asilo.

Esta ley no sólo despoja a las personas pobres y trabajadoras de recursos vitales, sino también de su dignidad, enviando un mensaje cruel: que luchar por sobrevivir es motivo de vergüenza. Representa un retroceso doloroso y deja en evidencia las verdaderas prioridades de quienes están en el poder—muchos de los cuales afirman representar al pueblo mientras sirven los intereses de las élites dominantes.

El daño a largo plazo de esta legislación inmoral se sentirá por generaciones. Pero nunca es demasiado tarde para resistir. Debemos alzar nuestras voces, organizarnos y construir un movimiento desde la base. Ahora más que nunca, debemos confrontar las fuerzas de la avaricia y la injusticia.

Los miles de millones asignados en la “Una Gran y Hermosa Ley” podrían haberse utilizado para satisfacer necesidades humanas urgentes:

  • Reabrir hospitales en áreas rurales y urbanas desatendidas para restaurar el acceso a la atención médica.

  • Ampliar Medicaid para cubrir a más personas y familias de bajos ingresos.

  • Fortalecer SNAP para garantizar la seguridad alimentaria de las familias en situación de pobreza.

En lugar de financiar la exclusión, el militarismo y la acumulación de riqueza, deberíamos invertir en programas que eleven a las familias, fortalezcan a las comunidades y protejan nuestro futuro colectivo.
Una sociedad justa pone a las personas por encima del lucro—la verdadera fortaleza se mide no por la fortuna de unos pocos, sino por el bienestar de todos.

Este es el momento de actuar.
Organízate en tu comunidad. Exige cuentas a todos los funcionarios electos. Reclama políticas que pongan la dignidad humana por encima de las ganancias corporativas. Llama a tus representantes. Únete a movimientos comunitarios. Participa en asambleas públicas. Vota.

La lucha por un futuro justo, compasivo e inclusivo está lejos de terminar—y nos necesita a todos y todas.


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